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martes, 22 de febrero de 2011

Psicopatía

Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimientos, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos, la satisfacción de sus propios intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal, pero si hacen algo en beneficio de alguien o de alguna causa aparentemente altruista es sólo por egoísmo, para su único y exclusivo beneficio.

La falta de remordimientos radica en la cosificación que hace el psicópata del otro, es decir que el quitarle al otro los atributos de persona para valorarlo como cosa es uno de los pilares de la estructura psicopática.
Los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los códigos comunes. Sin embargo, estas personas sí tienen nociones sobre la mayoría de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría de las personas.
Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y como sugiere el estereotipo más extendido en nuestra sociedad acerca del psicópata. Un psicópata puede ser una persona simpática y de expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un delito cuando le conviene y, como se ha explicado, lo hace sin sentir remordimientos por ello. La mayor parte de los psicópatas no cometen delitos, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos, sin sentir por ello remordimiento alguno. El trastorno psicopático produce una conducta anormalmente agresiva y gravemente irresponsable,tales como:
  • Encanto superficial e inteligencia.
  • Ausencia de delirios u otros signos de pensamiento no racional.
  • Ausencia de nerviosismo o manifestaciones psiconeuróticas.
  • Escasa fiabilidad.
  • Falsedad o falta de sinceridad.
  • Falta de remordimiento y vergüenza.
  • Conducta antisocial sin un motivo que la justifique.
  • Juicio deficiente y dificultad para aprender de la experiencia.
  • Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
  • Pobreza generalizada en las principales relaciones afectivas.
  • Pérdida específica de intuición.
  • Insensibilidad en las relaciones interpersonales generales.
  • Conducta extravagante y desagradable bajo los efectos del alcohol y, a veces, sin él.
  • Amenazas de suicidio raramente consumadas.
  • Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
  • Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.
A pesar de que los psicópatas no conciben al resto como personas sí establecen relaciones y vínculos, que suelen ser de tres tipos:
  • Asociativos, que se producen cuando un psicópata entra en contacto con otro para obtener un objetivo común. Dado que ambos integrantes del vínculo son narcicistas y ególatras el apego sólo está justificado por el utilitarismo de tener un propósito común.
  • Tangenciales, que ocurre cuando el psicópata encuentra una víctima ocasional en un encuentro puntual, donde utiliza sus tácticas coercitivas de forma temporal.
  • Complementarios, que determinan una relación de doble vía, que habitualmente ocurre con un neurótico.
La seducción es la base que permite el acto psicopático y se produce mediante una transferencia bidireccional donde la propuesta del psicópata encuentra eco en las apetencias del otro, dado que una característica fundamental de la personalidad psicopática es la habilidad para captar las necesidades del otro.
Este mecanismo se articula cuando el psicópata convence al otro de que él le es infinitamente necesario para suplir necesidades irracionales que éste no puede detallar.
En la seducción el psicópata necesita que el otro esté de acuerdo, para lo cual usa la persuasión y el encanto, por lo que es bidireccional, hay un consentimiento por parte de la otra persona, a diferencia de lo que ocurre en las relaciones tangenciales donde el psicópata actúa unidireccionalmente mediante la violencia, que constituye una agresión desde una posición de poder. Aquella bidireccionalidad pudiera ser debida a que la mayoría de psicópatas son conscientes de las consecuencias judiciales de sus actos, sin la existencia de las cuales podrían actuar con total libertad.

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